Chao a las muñecas,
las salidas al parque en bici y las tardes con la abuela; hola a los tacos, el maquillaje y la ropa de
mamá. Los hijos de las celebridades se
están convirtiendo en iconos de moda gracias a su manera de vestir; es cada vez más y más común ver a pequeñas
usando maquillaje, tacos y ropa de diseñador la mayoría de las veces impulsadas
por sus madres. Antes pedían muñecas y
juegos de té, ahora lo único que quieren es maquillaje y accesorios que
combinen con sus “outfits”. Una de las
encargadas en abrir las puertas a estos jóvenes fashionistas fue la pequeña
Surie Cruise hija de los famosos Katie
Holmes y Tom Cruise quien desde el primer mes de vida usaba ropa de los más
exclusivos diseñadores.
Vestidos coquetos, bailarinas, carteras, abrigos, entre otros que según su madre elije ella sola, son los favoritos de la pequeña, dejando claro que al igual que ella es toda una autoridad en el tema.
Si de marcar tendencia y presumir de estilo se trata, los pequeños Kingston y Zuma Rossdale hijos de la famosa cantante de rock Gwen Stefani son los que lideran la lista con sus camisetas con estampas de bandas de rock, jeans y botas, combinando todo esto con sus divertidos peinados al estilo rock and roll.
Connie Cohen, compradora para Lester’s, una tienda de indumantaria para niños en Nueva York, anuncio que recientemente ha vendido 300 pares de tenis con tacón Steve Madden y sigue invirtiendo en esta tendencia para otoño gracias a la tendencia que impuso la pequeña Suri Cruise la princesita de Hollywood.
La compañía estadounidense NPD Group, encargada de hacer
investigación de mercado asegura que este año las ventas subieron un 9% en la
industria de indumentaria para niños. Hoy
en dia la moda infantil es una copia de la ropa de los adultos incorporándolos
cada vez más en el mundo de la moda y sus tendencias, tanto así que los
diseñadores se han tenido que adaptar a esto haciendo colecciones para niños de
igual manera que para adultos. Los
expertos aseguran que esta temprana adolescencia y corta infancia causa pérdida
de seguridad a los más pequeños y esto los lleva a vivir una falsa
madurez.